lunes, 9 de diciembre de 2013

La rotura del dedo se quedará en un susto. Espero...





Ya estamos de vuelta en casa. Han sido 2 semanas en las que ha pasado casi de todo. En breve colgare la crónica con los detalles.

Este Ironman ha estado marcado por las lesiones e infortunios que al final no me han dejado rendir como debía y conforme me había preparado. 

Ahora toca recuperar y oxigenar. Recuperar del todo el soleo y sobre todo el dedo. Por un poco no pierdo un trozo del mismo, ya que sufrí una semi amputación del 80%, quedando el trozo casi suelto.

Al final el Dr. Jorge Manzanero me trato excepcionalmente. Me opero y me hizo las curas cada 48 horas y fue el artífice de que pudiera competir. A duras penas pero lo conseguimos.

Este señor fui una bendición, un auténtico artista todo amabilidad que desde el primer momento me dijo que iba a hacer todo lo posible una para que no perdiera parte del dedo y dos, una vez conseguido lo primordial, que pudiera saltar al agua el domingo.

Un millón de gracias Dr. Manzanero.

Esto sucedió el martes por la noche y por minutos llegamos a tiempo. El problema es que la morfina y demás medicación me dejo hecho polvo. El dolor era muy fuerte.

Me introdujeron una aguja que me atraviesa 2 falanges como se ve en las radiografías, que a día de hoy todavía llevo. Ahora a esperar las instrucciones del Dr. Fernando Moreno para ver cuando hay que quitarlo.

Todo esto me llevo a un estado en hundimiento que me martilleo la cabeza hasta la carrera. Mucho dolor y la rabia de haber perdido la oportunidad de lucirme el domingo.

No me di por vencido y quería correr sí o si. Pasaron 72 horas y el riesgo de infección y complicaciones había disminuido, pero no el dolor que junto con los antibióticos me tenía en un estado poco competitivo.

El sábado, decidimos arriesgar y correr pero para no mermar más la potencia, no me podía tomar nada más para el dolor que no fuera un ibuprofeno antes de empezar y la verdad es que no sirvió de mucho porque el dolor fue una auténtica agonía, sobre todo nadando.

Lo bueno es que lo puedo contar y que todo lo que va a pasar si sigue así es que perderé un poco de movilidad en el dedo que no me impedirá hacer vida normal ni mucho menos triatlón.

Los detalles y la crónica, en breve.

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